Por Redacción
Tamiahua, Veracruz, 15 de abril de 2025.— En política, cuando las ideas no bastan, algunos optan por los regalos. Y si los regalos se pagan con dinero público y en tiempos de veda electoral, el asunto deja de ser solo inmoral: se vuelve ilegal.
El pasado viernes 11 de abril, en pleno proceso electoral, la alcaldesa de Tamiahua, Guadalupe “Lupita” Rodríguez Torres, encabezó una entrega de tablets a jóvenes con “calificaciones de excelencia”. La narrativa fue la de siempre: apoyar a la juventud, cerrar la brecha digital y garantizar el acceso a la educación. Pero los padres de familia no tardaron en levantar la voz: las tablets eran de baja calidad, casi desechables, y en varios casos ni siquiera llegaron a sus supuestos beneficiarios.
Detrás del acto altruista, se esconde una motivación política burda: apuntalar la candidatura de Cindy Nolasco, la carta de su concubino Ernesto «Neto» Lara Ramos, quien ya maneja Tamiahua como si fuera un negocio familiar. Nolasco no levanta en las encuestas ni con discursos ensayados. Mucho menos Jorge Lara, el sobrino de Neto, que a pesar de los esfuerzos de su tío por imponerlo con la fachada de la organización JITACIT, no consigue conectar ni con su propia cuadra.
El uso de programas sociales con fines electorales está claramente prohibido por el artículo 134 de la Constitución. La ley no es ambigua: durante las campañas, ningún servidor público puede promocionar apoyos institucionales con fines electorales. Entregar tablets con fondos públicos, sin transparencia en la adquisición y en medio de denuncias por posible sobreprecio, no es una falta menor: es un delito electoral.

Lo que revela este episodio es algo más profundo que una violación administrativa. Es la desesperación de un grupo político que sabe que, sin dinero público y sin estructuras compradas, no tiene posibilidad alguna en las urnas. La ciudadanía lo sabe y lo comenta en voz baja en las calles de Tamiahua: la popularidad no se compra en Temu, y mucho menos con tablets piratas.
Los tamiahuenses no están indefensos. Pueden denunciar estos hechos ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE), el INE o el Órgano de Fiscalización Superior del Estado. También pueden hacer lo más poderoso que tiene la democracia: votar con conciencia este primero de junio, y recordarle al poder que no hay regalo, por vistoso que sea, que sustituya a la dignidad del ciudadano informado.
Porque gobernar no es repartir gadgets, es rendir cuentas. Y la hora de las cuentas se acerca.